Entre el 2 y el 6 de septiembre de 2024 se celebrará en Nápoles el XX Congreso de la Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos (AHILA).
Desde el primer momento del encuentro entre Viejo y Nuevo Mundo se dio inicio a múltiples procesos de sobreposición, influencia mutua e hibridación de culturas que han caracterizado las relaciones entre Europa y América Latina hasta nuestros días. Las dos regiones han compartido actores y modelos culturales: desde las primeras reducidas bandas de conquistadores de procedencia mediterránea que, además de la saga de violencia, dieron vida a un proceso de pactos con las señorías étnicas, las alianzas matrimoniales de los nuevos pobladores, el vaivén de funcionarios, comerciantes, misioneros dentro el Orbe Hispánico, hasta los grandes flujos migratorios. Si el impacto de la Conquista sobre el Nuevo Mundo es bien conocido, no hay que olvidar los efectos del descubrimiento sobre Europa, no solo la llegada de los metales preciosos y su impacto económico, la formación de nuevos circuitos comerciales que han determinado transformaciones en las economías y sociedades europeas sino la consolidación de una nueva realidad mundial.
Así, si en el primer impacto la invención del Mundus Novus frente a la alteridad del paisaje geográfico y humano americano se dio adentro de modelos culturales europeos, al mismo tiempo “la novedad” ha generado nuevas reflexiones que han determinado mutaciones en las categorías antropológicas, jurídicas, políticas. La difusión de conocimientos basados en la experiencia del Nuevo Mundo que implicó la clasificación de nuevas plantas y animales en esquemas científicos de la época que inevitablemente sufrieron una revisión; además, la asimilación de productos americanos en forma de alimentos, bebidas y condimentos, son algunos de los fenómenos que han marcado los procesos de intercambio que han visto al Nuevo Mundo invadir la vieja Europa con sus novedades. En tiempos más recientes, los viajes de intelectuales, las migraciones masivas a fines del siglo XIX y XX: salidas, llegadas, flujos, subjetividades, han creado sociedades renovadas y nuevas formas de hibridación cultural. Sin olvidar los exilios, las acogidas de europeos en suelo americano y de latinoamericanos en Europa durante y después de las dictaduras. También las instituciones políticas trasplantadas en los territorios de ultramar se han transformado adquiriendo rasgos propios que, a partir de las independencias, con los procesos de americanización de los estados nación, hasta las transiciones que hoy podemos definir inconclusas, merecen lecturas propias y novedosas que, superando una visión estrictamente eurocéntrica, arrojen nueva luz sobre aquellos valores considerados compartidos y las actuales crisis de las democracias contemporáneas.